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12 pequeños cambios: a mano

12 pequeños cambios: a mano

El tema de este mes de nuestros 12 pequeños cambios es uno de mis favoritos y, también, uno de los hilos conductores de este blog. Y es que desde hace mucho tiempo, casi diría que desde que nací, tengo una cierta obsesión por hacer las cosas yo y por la autosuficiencia.

No, no, no es que me quiera ir a vivir al campo en una granja y cultivar mi propia comida y tener animales (aunque me mola la idea, para qué negarlo), pero sí que quiero aprender a hacerlo casi todo para poder valorar mejor las cosas que entran en mi casa, las cosas que consumo y el mensaje que doy cuando lo hago.

Y es que, como consumidores, todos votamos varias veces al día. Esto lo leí hace años en algún sitio y me encantó la analogía. Votamos, señoras, todas las mañanas cuando decidimos cortar fruta y hacernos un batido o cuando cogemos un paquete de cereales del armario. Votamos también en función de cómo sean esos cereales y votamos si nos tomamos el desayuno de pie en la cocina o sentadas a la mesa. Es un voto por cómo queremos que sea nuestra vida y nuestra sociedad. Y es un voto mucho más potente y valioso que el que metemos en la urna cada cuatro años.

Quiero votar por las cosas hechas a mano. Voto por los ingredientes naturales en la cocina y el baño, por los muebles a medida hechos por mí o por otros, por la ropa hecha a mano (aunque esto ya lo sabes), por saber de dónde viene todo lo que entra en casa y adónde va mi dinero y qué financia. Que parece una tontería, pero es lo más importante de todo.

El reto de este mes es buscar más cosas que podamos hacer nosotros mismos. Puede ser, por ejemplo, ahora que hay de todo en la frutería, hacer por fin nuestra propia conserva de tomate, sea al natural o frito, para no comprar más tomate de color radiactivo. O cambiar la rutina del desayuno, por ejemplo, y preparar cereales caseros (tengo una receta por aquí). Te puedes decidir por empezar a lavar la ropa con jabón natural (también tienes recetas aquí, aquí y aquí) o por investigar recetas de cosmética casera.

Lo que te quiero decir con esto es que los productos rápidos (comida rápida, moda rápida, tecnología rápida) son atractivos y muy baratos, pero tienen sus consecuencias. Y no me voy a poner tremendista y tal, porque ya todos sabemos lo que pasa, pero sí te voy a decir que somos nosotros los que tenemos el poder de decidir qué pasa con la industria. Que sí, que sí. Que la industria lo único que hace es inclinarse ante nuestros deseos para darnos lo que queremos consumir. ¿O crees que los supermercados han puesto un rincón de comida ecológica porque son buenas personas? No, hombre. Hay una demanda pública y ellos responden a esa demanda.

Así que tú decides qué haces con tu voto. Y este mes lo que te proponemos Mar, Gemma y yo es que empieces a hacer las cosas tú, en tu casa.

Siempre lo digo, pero cuando empecé a coser me di cuenta de que una camiseta no puede costar 5 euros. Así te lo digo. Cortarla, coserla, acabarla bien y sacarle un beneficio a la prenda cuesta mucho más. Si una camiseta cuesta 5 euros están explotando a alguien. Y no creo que sea a la gran superficie que me la vende.

Hacer las cosas a mano te da una perspectiva única sobre el valor de los productos y de los servicios. Cuando estás tres horas preparando un plato entiendes por qué te cobran cuando vas a un restaurante y puedes valorarlo. Si te pasas dos meses montando un mueble, martilleando clavos y colocando tirafondos, valoras los materiales y el trabajo invertido. Hacer las cosas a mano te permite entender el valor que tienen.

Y entender el valor que tienen las cosas, te permite ser un consumidor inteligente y responsable.

Como ya sabes, el objetivo es consumir mejor, no dejar de consumir (porque eso es utópico, inviable y, para que nos vamos a engañar, muy aburrido) y el objetivo es hacerlo poco a poco, lentamente, con cambios chiquitines que podamos realmente asimilar y mantener en el tiempo.

Por mi parte, voy a intentar hacer conserva de tomates para todo el año, ahora que están baratos y en su punto. Y voy a intentar darle vueltas al tema de la limpieza, que me tiene preocupada, porque siempre vuelvo a los productos comerciales (que en casa somos cinco + gato!). Y también tengo ganas de organizar la semana de la costura y hacer un poco de limpieza de telas, que me salen por las orejas. Pero no me pongo más presión, que luego pasa lo que pasa.

Nos vemos el mes que viene.

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