Planta Piraña

26 Feb Planta Piraña

Cuando yo era adolescente soñaba que cuando tuviera mi propio piso, en el recibidor habría un Playmobil gigante, de esos que hay en las tiendas de juguetes. Y una foto mía con todos los personajes de Barrio Sésamo. En un rincón del comedor habría una réplica exacta de la Estrella de la Muerte. Sí, amigos, yo podría haber acabado siendo una de esas personas que tienen un millón de dispensadores de caramelos Pez en una vitrina si no fuese porque mi pomelo no es friki. Y sí, lo digo con añoranza y con envidia supina de los que tienen una estantería con todos los modelos de GameBoy que han existido.

Pero en fin. Siempre nos quedará la semana de Mario. Y hoy os traigo esta planta piraña que es uno de los personajes más entrañables y conocidos de los videojuegos.

Voy a ser sincera. Queríamos hacer esta planta para la fiesta de Mario del año pasado. Pero al final no nos dio tiempo y el proyecto quedó abandonado… hasta ahora. Esta semana nos ha dado la excusa perfecta para recuperar la idea y terminarla. Y yo estoy encantada con el resultado.

Lo primero que hicimos fue la cabeza de la planta. Para ello inflamos un globo (no mucho para que no explote) y empezamos a cubrirlo con trocitos de papel mojados en agua con cola blanca a partes iguales. Es decir, papel maché.

Nosotros lo hicimos con papel marrón, de ese de patronaje, el que es un poco basto. Pero se puede hacer igualmente con papel de periódico, papel de seda rojo (y os ahorraréis la pintura) o cualquier otro papel que no sea muy grueso y que sea bastante poroso (no satinado).

Pues nada, que no decaiga, capa tras capa. Sí, eso mismo: «dar cera, pulir cera». No me digáis que no os hago hacer ejercicio. Tenéis que dejar un agujero en la parte de abajo, eso sí, para poder romper bien el globo después.

Cuando tenéis todas las capas listas, hay que dejar secar uno o dos días. Y luego notaréis que el papel maché se ha puesto duro de verdad. Solo hace falta pinchar el globo, despegarlo y sacarlo.

Si no habéis usado papel de seda rojo, ahora toca pintarlo. En nuestro caso, como el papel era marrón, tuvimos que dar capa tras capa tras capa. Otra vez Karate Kid, sí. No sé cómo me lo monto, pero siempre acabo pintando mil capas.

Luego le empezamos a dar forma. Cortamos una sección, como si fuera el gajo de una naranja, para hacer la boca.

Los detalles los hicimos con goma EVA, aunque se pueden pintar también, o hacer con fieltro. Cortamos dos tiras largas con los bordes redondeados para hacer los labios y las pegamos con silicona líquida. Luego cortamos círculos de diferentes tamaños para hacer las manchas y también las pegamos.

El pompón friki se ocupó de los dientes, que pegamos por dentro.

Y ya lo teníamos casi listo.

Cogimos un bastón de madera y lo pintamos de verde con pintura acrílica. Y luego hicimos un agujero en la base de la planta para clavarlo. ¿Cómo hicimos el agujero? No os riáis de mí, pero primero clavé una aguja de coser. Después metí una aguja de ganchillo muy fina para hacerlo un poquito más grande… y fui ampliando el grosor de las agujas (tanto de punto como de ganchillo) hasta que el palo entró. Le puse unas gotas de silicona líquida por dentro para fijarlo.

Ya solo quedaban las hojas que las hicimos con dos piezas de fieltro cosidas. Las cosió el pompón friki, que mientras escribo estas líneas insiste en encender la máquina de coser porque la experiencia le ha encantado…

Pegamos las hojas con silicona y voilà!

Es una manualidad un poco larga, pero divertida y muy fácil, que os puede tener entretenidos varias tardes. Y como se mezclan varias técnicas, los pompones están encantados.

Así que en lugar de Playmobil gigante, en el recibidor tengo una Planta Piraña. ¿Queréis saber qué tiene dentro?

¿Pilláis al intruso de la foto?

Es una Planta Piranha de buen rollo…