Libro interactivo

29 Ene Libro interactivo

Ya está. El cumpleaños de Leire llegó y se fue y ya tiene dos añitos y cotorrea y da órdenes y corre de aquí para allá haciéndonos reír a todos.

Hoy os quería enseñar el regalo que le hicimos los pompones y yo. Un regalo casero que ya hacía mucho tiempo que quería preparar, pero que hicimos contra reloj los últimos días antes del cumpleaños.

Es un «Quiet book», un libro para jugar, con el que se pueden hacer diferentes cosas y mantener entretenidos a los peques.

Os cuento un poco cómo hice la portada y las hojas y luego os enseño qué le pusimos nosotros, aunque podéis buscar en internet mil ideas para personalizar las páginas y hacerlas como a vosotros os guste más.

Lo primero fue cortar la tela, claro. Elegí un estampado de flores para la parte de fuera y una gasa roja para el interior del libro (gasa doble, porque si no era demasiado transparente). También corté un trozo de guata del mismo tamaño. Podéis hacerlo con las medidas que queráis, pero yo creo que lo hice de cuarenta y ocho centímetros de ancho por veinte de alto (más o menos).

Cuando ya tenía la tela cortada, decidí el tamaño de la etiqueta y la corté en fieltro blanco. Luego le bordé el nombre (ole mis puntadas, ole, tremendas. Suerte que se ven de lejos) y también a mano cosí la etiqueta a la pieza azul, la exterior.

Cosí la guata a la tela roja y luego puse encima la tela azul (lados exteriores tocándose) y la cinta para cerrar el libro. Lo cosí todo dejando un espacio abajo para darle la vuelta.

Cosí el botón para cerrar el libro, cerré ese espacio con alfileres y lo cosí (esa parte tengo que mejorarla un montón, me cuesta!). Luego le di una puntada decorativa alrededor de toda la tapa.

Para hacer las páginas me decidí por el fieltro. Desde luego, podrían hacerse también de tela y coser luego todas las piezas, pero el fieltro es cómodo y rápido y además tengo un arsenal tremendo de mil colores. Corté tres rectángulos un poco menores que las tapas (1-1’5 centímetro de diferencia) y preparé algunos de los contenidos antes de coserlas a la tapa con un pespunte normal.

Los contenidos… pues ya veis.

En la primera página le pusimos una bolsita de plástico transparente con fotos forradas con plástico adhesivo. La bolsita la hice con bies (otra de las técnicas costuriles que debo mejorar) y luego la cosí a una pieza de fieltro que a su vez pegué sobre la página de fieltro que tenía otra cosa cosida al otro lado… ¿me explico?

Luego llegó la lavadora. Está llena de lo que está siempre llena la lavadora de mi casa: de calcetines sin pareja. ¿Os pasa lo mismo a vosotros? Junto a lavadora había un tendedero con otros calcetines sin pareja. Se pueden unir por parejas, hacer series…

Una cara sin expresión, a la que se le pueden poner muchas expresiones distintas (y divertidas!). Las piezas de los rasgos faciales tienen un trocito de velcro para pegarse mejor y van guardadas en un sobre con un automático.

Un prado con flores. Las hojas se pueden sacar con los botones y los pétalos de una de ellas se enganchan con velcro. Al otro lado hay un huerto y un sol con cintas. Hay una zanahoria, una cebolla y un rábano (aunque también podría ser una remolacha!) que se sacan y se plantan.

Una niña que hay que vestir! Me inspiré en esta de El taller de las cosas bonitas (sin comparar, porque eso es una obra de arte!) y le puse un bolsillo-armario cerrado con velcro para guardar su vestuario.

Un bolsillito con lápices y otro con hojas de papel. Porque uno nunca sabe cuándo va a llegar la inspiración!

Y finalmente un mensaje con letras suaves y de colores para seguir con el dedo. (Ya sé que no hace falta traducción, pero significa «Leire, te queremos»)

Y ya está, ese fue nuestro regalo y lo preparamos con muchísimo cariño! ¿Qué os parece? Que sepáis que la pompona, a sus seis añitos, estuvo jugando MUCHO con el libro. Pero mucho. Hasta estoy pensando si le hago uno a ella. O alguna página. Bueno, mañana os cuento cómo fue la fiesta.