23 Ene Por sus defectos
Hace un año por estas fechas os conté que el pomelo y yo cumplíamos 13 años juntos. Os hablé de él y os dije que es comprensivo y cariñoso, que me apoya y me soporta (que ya es mucho!) y no os lo dije, pero ahora añado que está bastante bueno. Vamos, que parece que os hable de un partido espectacular, de esos que solo salen en las pelis…
Como os veo la cara de envidia y de incredulidad desde aquí, voy a confesar. El año pasado os conté la verdad, pero no toda la verdad. Igual que cuando sacamos una foto para el blog evitamos que los platos sucios y amontonados entren en el encuadre, cuando una describe a su pomelo tiende a obviar algunos detalles escabrosos.
Pero ya vale. He decidido ser sincera y contaros en este día de aniversario (14 años ya!), otros motivos por los que quiero a mi pomelo. Por sus defectos:
1 – NO ES FRIKI. Conocer a un chico, enamorarte, irte a vivir con él y descubrir que NO ha leído El señor de los anillos es casi un golpe mortal. Supongo que a estas alturas ya sabéis que para mí ser friki es una religión, así que casi me parece un milagro que el pomelo y yo sigamos juntos. Que si no le gustaba Mario, que si Star Wars solo cuando era pequeño, que nunca había visto una peli de zombis de Romero…
Ventajas de este defecto: Prácticamente ninguna, salvo la alegría de verle la cara cuando descubrió el cine coreano, Extremoduro, las pelis en V.O., los juegos de rol…
2 – No le gustan los videojuegos. Vamos, no es que yo sea una adicta, pero siempre he disfrutado de una sana cantidad de videojuegos en mi vida. La última vez hace menos de un mes con el Plants vs. Zombies… Desde que tengo pompones he bajado el ritmo porque quiero que ellos dosifiquen, pero hasta entonces para mi cumple el pomelo siempre me regalaba una consola. En cambio él… Nada de jugar partidas a muerte hasta las tres de la mañana, nada de emocionarse cuando te cargas al típico jefe de los juegos de plataformas. Nada de nada.
Ventajas de este defecto: Salimos de casa. Si le gustasen tanto los videojuegos como a mí haríamos campeonatos de fin de semana, comeríamos ganchitos y pizzas congeladas y pesaríamos 200 kilos cada uno.
3 – Es un inútil tecnológico. Desde el cariño. Pero inútil total. Yo programo el vídeo, leo (en diagonal) las instrucciones de la lavadora, le soluciono los problemas de fórmulas en Excel (jajaja! YO! En Excel!) y le instalo lo que necesita en su ordenador. Un par de veces al año me pregunta cuál es SU contraseña del correo.
Ventajas de este defecto: Me siento la mujer más inteligente del planeta, aunque programe mal el vídeo, la lavadora funcione a medias, las fórmulas de Excel peten y no consiga instalar los drivers de la impresora. Porque sí que me acuerdo de la contraseña.
4 – Es terriblemente inoportuno. Tú estás ahí, trabajando contra reloj para entregar una traducción al cabo de dos horas, sudando, nerviosa, de mal humor… y él te pregunta, mientras tú intentas escuchar por enésima vez la frase que no acabas de discernir: «Cariño, ¿cómo hago para que el pulsómetro me guarde la marca de cada kilómetro?» O bien: «Cariño, ¿te has mirado el manual de mi frontal para salir a correr por la noche? ¿Sabes algo más?» O incluso: «¿Qué tenías pensado preparar para cenar?» En ese momento yo lo veo todo, todito rojo y solo pienso en una cosa: M-A-T-A-R.
Ventajas de este defecto: A veces, después de echar bilis por la boca y de distraerme, vuelvo a oír la frase y de repente la entiendo. O, en el caso de que este defecto vaya combinado con el anterior, tengo una súbita subida de moral y se me pasa el mal humor.
5 – No escucha. Vale, este ya está más extendido, porque, perdonadme, chicos, pero, ¿qué hombre escucha? No es que quiera hacer bandera de los lugares comunes y los tópicos, pero admitamos que os cuesta escuchar. Pero el pomelo va más allá. Le puedo decir una cosa cinco veces y que después me la pregunte y esté convencido de que no se la he dicho. Cada vez que quedamos que va a hacer algo que me confirma que puede hacer, lo llamo quince minutos antes para asegurarme de que se acuerda y de que me escuchó.
Ventajas de este defecto: Con lo que llego a hablar yo, ya está bien que alguien en casa no me escuche. Así puedo repetir historias y batallitas y él sigue pensando que es la primera vez que se las cuento.
6 – Es un cocinero nefasto. Pero nefasto de verdad. Ni un huevo frito. Ni arroz con la arrocera. Nada, pero nada de nada. El otro día, el pompón friki me preguntó si esa noche tenía algo que hacer. Le dije que no, que me quedaba en casa y me contestó: «Menos mal, porque papá prepara unas cenas muy cutres.» Con eso os lo digo todo. Que conste que no es que yo salga mucho de casa por las noches, pero he empezado clases de box-karate y los pompones cenan solos con su papi dos veces a la semana.
Ventajas de este defecto: Controlo lo que comemos. Si él cocinara, me tocaría comer sus platos favoritos, que son totalmente opuestos a lo que me gusta a mí.
7 – No es detallista. Ni dejarte una notita, ni llamarte, ni flores un día cualquiera, ni nada de nada. Le dan palo hasta los regalos de cumpleaños. En 14 años me ha regalado flores una vez (y le pregunté qué había hecho), dos discos, unas zapatillas y unos guantes para usar debajo de las guantillas de box karate (porque le pregunté y porque así tuvo excusa para entrar a una tienda de deportes).
Ventajas de este defecto: Me acuerdo de todos sus regalos. Me hacen mucha ilusión (y me producen una cierta sospecha, para qué os voy a engañar) y me ponen la mar de tierna.
8 – Es deportista. Pero de los de prepararse para triatlones, salir a correr y en bici todas las semanas y subir montañas. Un deportista a mí, que no corro si no me persiguen, y que no subo montañas porque luego hay que bajarlas. Me encanta el deporte, pero en pantalla plana a ser posible, o cómodamente sentada en el campo comiéndome un frankfurt y haciendo la ola.
Ventajas de este defecto: Está cañón. Y tengo algunos ratos para mí sola, para hacer ganchillo, dormir o jugar con los pompones.
Y hasta aquí. Espero que ahora tengáis una imagen más clara del pomelo. Que no digáis que os engaño.
Os deseo que vuestros pomelos y vuestras pomelas también tengan defectos. Que si no os hacen perder la paciencia al menos una vez a la semana, la relación es mucho más aburrida.
Felicidades, pomelo, y que cumplamos muchos más.
Patrizia
Posted at 08:43h, 23 eneroAntes que nada: ¡felicidades! Oye, qué susto, leyendo los tres primeros puntos pensé que me estabas describiendo a mí!! Aunque por desgracia no soy deportista (o de las tuyas), me apaño bastante bien en la cocina y si soy inoportuna les toca a otros decirlo ;). Vivan las diferencias, si fuéramos todos iguales menudo rollo. Mi chico y yo también somos de otros planetas, tanto física (el punto -yo- y la i) como intelectual (si una peli es en blanco y negro la rechaza por principio, si es francesa ya ni te cuento) y "caracterialmente" (él organizador y práctico, yo vaga y fantasiosa, él superordenado, yo… os lo imagináis). Pero justo por eso nos complementamos y seguimos juntos desde el 97. Ayer sin ir más lejos celebramos nuestras bodas de perejil (12'5 años), aquí se suele sorprender a las víctimas con una fiesta a traición… ¡y vaya si nos sorprendieron! Más de 20 personas la hora de cenar, yo mediogriposa y la casa oliendo a brócoli. pero moló. Pues eso, que vivan los defectos con ventajas.
Paula
Posted at 23:21h, 23 enero¡Me chifla eso de las bodas de perejil! ¡Qué chulo! Muchísimas felicidades… y digo yo que tendrías que enseñarnos algunas fotos de esa fiesta sorpresa, ¿no?
Si te sirve de consuelo, mi pomelo no había visto nunca una peli en V.O. hasta que me conoció. Y ahora ni se lo piensa cuando vamos al cine, se ha acostumbrado y le encanta. Y tampoco miraba una peli que no fuese estadounidense. Y ahora tiene directores favoritos chinos, hongkongeses y coreanos. Así que hay esperanza para el tuyo también!
tess soap
Posted at 11:45h, 23 eneroFelucidades!pensaba que estabas describiendo a mi pomelo,pero cuando llegaste al punto del deporte…los dos somos vagos, aunque to más,jaja,besos
Paula
Posted at 23:21h, 23 eneroEntonces tu pomelo es más normal. El deporte siempre hay que verlo con una cervecita en la mano, si no, no se disfruta igual.
sonieta
Posted at 12:17h, 23 eneroJo también pensaba que te mi pomelo llevaba una vida paralela… hasta que llegaste al punto de la cocina…
Es un cocinitas el mío, pero necesita un "pinche" que le vaya recogiendo durante y después. Ha mejorado el arroz a la cazuela que le enseñé a hacer!!!
En el deporte quizá no llegamos a extremos, pero yo prefiero quedarme en cama el domingo por la mañana… la bici no me llama nooooo
Per molts anys y viva las diferencias!!!
ps. yo me considero bastante friki pero no pude acabar con el señor de los anillos (me quede como a veinte páginas) y no he visto nada de star wars ni tengo ninguna ilusión por hacerlo… jajjaja debe haber subcategorías de frikismo…
Paula
Posted at 23:24h, 23 eneroYo lo uso a él de pinche, pero ni para eso sirve, el pobre…
Yo no quiero ni bici, ni correr, ni nada. Me gusta mi sofá, con mi ganchillo, mis patatitas y el Barça en la tele…
Por cierto, friki de medio pelo, un día de estos nos sentamos y te tragas la trilogía de Star Wars. Me lo vas a agradecer toda la vida.
sonieta
Posted at 11:09h, 29 enerotu me harás ver Star Wars y la otra El señor de los anillos
ay pobre de mi…
vaya culo se nos va a poner…, porque habrá que amenizarlo con palomitas y dulce de leche, como mínimo
y ganchillo horas y horas de ganchillo…
habrá que ir comprado lana… jijiji y buscar alguna actividad para los 2 pomelos y los 5 pompones
Paula
Posted at 12:12h, 29 eneroOstras, venga. Fin de semana de ambas trilogías non-stop. Mucha, mucha, mucha lana, fuet, palomitas, dulce de leche, olivas…
Y los pomelos y los pompones de paseo, jugando a fútbol, lo que sea, pero lejos.
orange/chocolate
Posted at 18:43h, 23 eneroMi pomelo cumple a la perfección desde el punto 4 hasta el 8. ¿Es suficiente? Estudiaré a fondo los aspectos positivos para recordármelos en momentos "lo mato o lo mato" 😀
Besos y felicidades!!
Paula
Posted at 23:26h, 23 eneroBuf, yo porque los he escrito aquí, pero ese momento "lo mato o lo mato" es una tónica en esta casa. Resoplo, pongo los ojos en blanco, cojo carrerilla… pero luego se me pasa.
Miss y Míster Golosina
Posted at 10:51h, 24 eneroJajajajaja, me ha encantado! El primer post tuyo que leo y… chapó!
Genial tratar y hablar así de los defectos de tu pomelo, tendré que copiarte y hacer terapia de esta, porque hay veces que no es tan fácil aguantar 😉
Me quedo un ratillo más por tu casa a ver qué cuentas.
Ah! Y felicidades atrasadas por el aniversario 🙂
Paula
Posted at 10:53h, 24 eneroNunca es fácil aguantar… pero es que si hiciese una lista de los míos no acabábamos nunca, así que habrá que intentar tomárselo con filosofía y tranquilidad…
Muchas gracias por las felicidades y por venir a asomar la nariz. A ver si te gusta lo que ves…
Bárbara Est
Posted at 17:58h, 24 eneroQué post más grande Paula!
Por defecto desconfío de las típicas parejas perfectas, siempre conjuntados, siempre con planes perfectos, siempre cumpliendo con lo que se espera de ellos, siempre viviendo en una nube etérea de perfección. Chica, que aburrimiento.
Paula
Posted at 09:42h, 25 enero¡Gracias, guapa! Jajaja! Sí, yo también desconfío de la perfección, en todas sus facetas. Las casas perfectas, los trabajos perfectos, la sonrisa perfecta… jo, son como de peli de terror. Y es lo que tú dices, son un aburrimiento. Si no hay una bronquilla de vez en cuando, una guerra de cojines, un día enfermos, cosquillas, recetas que salen mal, desorden en un cajón, tardes de tarrina de helado y sofá… la vida es un coñazo.
MCKINLEY
Posted at 21:23h, 25 eneroFelicidades Paula!
Nosotros somos un matrimonio Olimpico (sólo por que nos casamos en el 92),y también estamos entre virtudes y defectos, unos dias vemos más de una cosa, otros de la otra…y así van pasando los años. Me alegro que podais celebrarlo, a lo mejor este año con un detallito 😉
Paula
Posted at 22:05h, 25 eneroJo, y yo que pienso que 14 años son muchos… 20 de matrimonio! Así que más de relación!! Qué pasada!
Y no, qué va, nada de detallito. Bueno, yo tengo alguna idea que a lo mejor me saco de la manga un día de estos, pero cuando lo felicité me preguntó: "¿Por qué? ¿Qué día es hoy? ¿De qué me he olvidado?" Y luego: "¿Y cuántos años dices que llevamos? ¿Solo?" Pero bueno, así lo compré, no puedo quejarme…