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Historia de una alfombra

Historia de una alfombra

 

Lo más bonito de esta alfombra es cómo ha llegado a estar en casa. Hay veces que pasa eso, que el proyecto es chulo, pero lo es más todo el proceso que has seguido hasta tenerlo terminado en casa.

En este caso, todo empezó con una excursión a la Casa Travería. Ya sabéis que es mi mercería de confianza y que voy mucho. Pues un día estaba ahí por algún motivo que no recuerdo (para comprar lana o una cremallera, hilo o un anillo para llaveros, vaya uno a saber) y en la caja había una chica que había ido a cambiar un trapillo. Estaba hablando con la dependienta y tenía una libreta abierta adelante, de esas con fundas transparentes para poner folios.

En fin, que aunque soy tímida, en la Casa Travería me siento como en casa y al final acabé comentando con la chica el grosor del trapillo y el color y bla, bla, bla, y entonces me enseñó en la libreta la alfombra que quería hacer con el trapillo que estaba cambiando. Y era esta.

La foto me encantó, comentamos un rato lo bonita que era la alfombra, me dijo de dónde había sacado el patrón, me dejó que le sacara una foto con el móvil al enlace y me animó a hacerla. Gracias a eso conocí la página de Tuteate, que nunca había visitado.Y hablamos un rato más sobre blogs, proyectos e ideas. Y luego me fui. Y unos días más tarde compré el trapillo para hacerla en Creativa, como ya os conté.

No sé cómo se llamaba esa chica, pero fue uno de esos momentos bonitos en los que te encuentras con alguien a quien no conoces de nada y se crea una especie de complicidad (que no es exclusivamente crafter, te pasa también en un festival de cine cuando alguien te recomienda una peli, o en un concierto, cuando alguien te habla de un grupo desconocido que te va a encantar) que acaba tomando forma en un proyecto.

Así que para mí esta alfombra significa eso, lo mismo que este blog (y que todos los blogs y páginas que hay por ahí) o incluso que Twitter, mirad lo que os digo. Que aunque estemos en puntos diferentes del mundo, escondidos en diferentes profesiones y no nos veamos las caras… somos frikis y nos entendemos.

Os juro que la noche de fin de año voy a levantar mi copa (dos, tres o igual diez o quince veces) por todos vosotros, frikis, más que frikis, que hacéis el mundo más divertido (y creativo). Reproducíos, haced el favor, que en este mundo hacéis falta.

18 Comments
  • Isla Sandía
    Posted at 11:43h, 22 diciembre Responder

    Me identifico 100% con todo lo que has escrito jejejeje! Soy friki y me encanta, y suelo hablar de blogs y ganchillo con desconocidas que me encuentro por las tiendas 😉

    • Paula
      Posted at 01:14h, 23 diciembre Responder

      :^) Yo creo que con el tiempo me voy pareciendo cada vez más a mi madre que habla con TODO EL MUNDO. A mí siempre me había dado un corte que te mueres y la fulminaba con la mirada cuando empezaba a hablarle a una dependienta de mis notas… me debo de estar haciendo mayor…

    • elcalaixdelarosseta
      Posted at 09:49h, 27 diciembre Responder

      jajaja, esto que explicas me pasaba a mi con mi madre y aahora le pasa a mi hijo conmigo, jaja, siente verguenza porque hablo con cualquiera, hasta saludo a la gente por la calle aunque no les conozca más que de vista.

    • Paula
      Posted at 10:26h, 27 diciembre Responder

      Buf, yo soy igual. No puedo evitarlo, se ve que lo he heredado…

  • Dezazu
    Posted at 13:05h, 22 diciembre Responder

    Acabo de encontrar tu blog y me ha encantado!!! te sigo desde ya!!!!
    Un saludo
    dezazu.blogspot.com.es

    • Paula
      Posted at 01:16h, 23 diciembre Responder

      Ostras, ¡pues muchas gracias! Me alegra que te haya gustado :^)

  • orange/chocolate
    Posted at 13:19h, 22 diciembre Responder

    jjjjj Jo també brindaré per tu! M'encanta la catifa. La necessito!!!

    • Paula
      Posted at 01:17h, 23 diciembre Responder

      Oi que sí? És necessària totalment (i es fa en un plis, de debò!). Jo vaig gastar tres cabdells de trapillo sencers.

      I brindaré MOLT per tu. Que sempre estàs aquí amb una bona paraula. Petons!

  • Patrizia
    Posted at 17:10h, 22 diciembre Responder

    Cierto, cierto, con todo lo pernicioso que puede llegar a ser el anonimato en intenné también tiene cosas buenas, precisamente por no verle la cara a tu interlocutor pero sí los gustos y la forma de hablar surge una simpatía más "sincera". En la vida real yo también soy de las que se lanza si el desconocido en cuestión parece majete (aunque en este país cuesta, nunca sabes si te van a poner careto de "métase Ud. en sus cosas, bitte"). Pues qué bien, cada vez que mires la alfombra te acordarás de esa chica y del mundo que te abrió…¡quien no arriesga no gana!

    • Paula
      Posted at 01:21h, 23 diciembre Responder

      Claro! Al final conoces a la persona más que de cualquier otro modo y sin los impedimentos del cara a cara. Jajaja! Yo es que soy fan de los alemanes y no he pillado a ninguno de esos que dices. Al contrario, siempre me han parecido mucho más divertidos de lo que nos imaginamos.

      Y creo que le debería de haber preguntado el nombre a la chica para bautizar la alfombra. Pero sí, siempre me acordaré de ese momento de solidaridad friki…

    • Patrizia
      Posted at 10:49h, 23 diciembre Responder

      Sí, las nuevas generaciones teutonas son más amables, creativas y abiertas al mundo de lo que la gente cree, pero aún quedan un par de ex-miembros de las juventudes hitlerianas (cada vez menos, por suerte) que te descuartizan con la mirada. Suerte tienes de no haber pillado ninguno, de verdad!

    • Paula
      Posted at 10:28h, 27 diciembre Responder

      Ostras, pues no, no he pillado a ninguno. Todo lo contrario, en general todas mis experiencias han sido con gente agradable, divertida y simpática. Aunque eso sí, cuando se dirigen a ti en un primer momento no sabes si te están mandando a paseo o qué. Luego cuando empiezas a hablar más, te das cuenta de que son un encanto. Ya te contaré mi aventura en Fussen de este verano con Hans y su mujer…

  • Leucemia Linfoblástica aguda Philadelphia positivo
    Posted at 02:01h, 23 diciembre Responder

    Como mola!!! Yo también brindaré por ti… Yo estoy haciendo una alfombra de trapillo mucho más fácil: la silueta del ratón Miguel. Por aquí el trapillo es mucho más barato que allí, lastima que pese tanto!!! dos maletas de 23 kg no dan pa ná.
    Tenemos que hablar de la cosmética que te fabricas. Recuerdamelo cuando tomemos café.

    Bss

    • Paula
      Posted at 10:30h, 27 diciembre Responder

      ¡Queremos verla! Sí que pesa el trapillo, sí… Tendrás que aprovechar a trabajarlo por ahí y a dejárselo de regalo a todo el mundo :^)

      ¿Cuándo vuelves para que podamos tomarnos ese café pendiente?

  • elcalaixdelarosseta
    Posted at 09:51h, 27 diciembre Responder

    Paula, ¡¡¡Viva los frikis y las frikis!! por nosotros funciona el mundo con más alegria. jeje

    • Paula
      Posted at 10:43h, 27 diciembre Responder

      ¡Vivamos! ¿Qué sería de internet sin nosotros? Somos los mejores…

  • Miriam
    Posted at 13:57h, 08 enero Responder

    Me ha encantado este post, ya hace unas semanas que te sigo y me lo paso muy bien con tu blog, pero este me he gustado mucho por lo que cuentas, por la alfombra y por el gatete que se parece mucho a una que vive conmigo.
    Quizá un día de estos nos encontramos por el nuevo ikea, que tengo pendiente visitarlo 😉
    Felicidades por el blog!!!

    • Paula
      Posted at 22:49h, 08 enero Responder

      Hola, Miriam. ¡Muchas gracias! (El gatete es el rey de la casa…) No te pierdas el IKEA que es una pasada. Yo hoy he tenido que escaparme a comprar una cosilla para un post que estoy preparando y me he vuelto a maravillar. Mira que es bonito…

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