Welcome

We are creative.

Follow us

Organización para desorganizados: Superhéroes

Organización para desorganizados: Superhéroes

Los superhéroes son guays. Salvan el planeta de amenazas nucleares o terroristas, o en forma de marinerito inflable gigante (referencia que solo pillaréis los ochenteros y los que tengáis una excelente cultura cinematográfica) o de malo malísimo con ínfulas que quiere dominar el mundo. Se ocupan de robos, crímenes, mafiosos y hasta de extraterrestres. Y por eso son muy infelices.

No me malinterpretéis, a mí me encantan los superhéroes, soy muy fan. En mi corazoncito llevo para siempre al Batman de Adam West con sus lycras imposibles y sus coloridas onomatopeyas. Pero creo que ser un superhéroe es muy duro y muy triste.

Primero hay que tener cara de estreñido todo el día. Porque un superhéroe no puede pensar en minucias como lo que va a cenar esa noche o qué partido de fútbol va a ver el sábado, no. Cuando uno tiene el peso del bienestar del mundo sobre los hombros, solo puede pensar en cosas importantes. Y claro, tener pensamientos sublimes todo el día te impide sonreír, respirar e incluso dormir.

Porque los superhéroes no duermen. Están atentos a la luz en el cielo, al teléfono directo con el ayuntamiento, a su súper oído que detecta los gritos, a cualquier cosa que les avise de que tienen que intervenir. Y la verdad es que siempre tienen que intervenir.

No tienen tiempo para tener una vida familiar normal y, que yo sepa, hasta el Sr. Increíble se relaciona únicamente con otros superhéroes, porque no hay nadie que entienda el ritmo que imprime tener una fuerza sobrehumana o una elasticidad única, y nadie entiende el agobio que supone no poder tener el don de la ubicuidad.

Tienen problemas familiares, no tienen amigos y se sacrifican ad eternum para que todos los demás podamos dormir de un tirón, ir al cine o tumbarnos una tarde a oír los pajaritos, los gritos de los niños o las olas del mar.

Sus personalidades corrientes, sus otros yos, acaban pagando el pato: ningún superhéroe puede hacer una jornada laboral normal y es un milagro que no los echen de sus trabajos como periodistas, fotógrafos, científicos o trabajadores de seguros.

Tanto hacen y tan poco descansan que acaban teniendo problemas a la hora de vestirse y poniéndose las bragas, los calzoncillos, los sujetadores, los leotardos o la camiseta imperio por fuera y combinando los colores con un dudoso sentido estético.

No es de extrañar, entonces, que solo existan un puñado de superhéroes, todos fruto de una raza extraterrestre, un experimento científico, un accidente fortuito o una vida millonaria y un pasado torturado. Porque esa vida no hay quien la aguante. Sinceramente.

Y sin embargo, a veces, todos queremos ser Ícaro y conseguir ser un superhéroe, aunque solo sea por unos días, como dice David Bowie.

En esas andaba yo hace unos días. Creo que somos muchas las mujeres que lo intentamos en algún momento u otro. Queremos ser superheroínas, desvivirnos por los demás y solucionar los problemas del mundo, sean en forma de reunión del colegio, de cuerpo perfecto, de éxito profesional, de casa de revista o de realización familiar. Nos estiramos y nos estiramos, como Elastigirl, con la intención de llegar a todo, de no dejar ni un rincón sin cubrir, de ocuparnos de todo y de todos. Y como no somos especiales, ni tenemos superpoderes, en lugar de estirarnos hasta quedarnos como un papel de fumar, llega un momento en el que nos rompemos.

No os quiero aburrir con los detalles, pero hace un par de semanas, un día me levanté y empecé a llorar. Y no pude parar. Fui al médico aterrorizada porque no entendía lo que me pasaba y lo que era peor, pensaba que a lo mejor me lo estaba inventando yo misma para tener excusa para dejar de hacer algunas cosas que no tenía ganas de hacer. Y mi doctora, que es la mejor del mundo, me dejó llorar y sonarme la nariz y balbucear todo lo que quise y al final me dijo, sencillamente, que tenía una crisis de ansiedad que no me dejaba vivir y que lo único que había hecho había sido explotar.

Mientras intento volver a la normalidad o más bien, cambiar mi normalidad para que no incluya listas de tareas kilométricas, he estado pensando mucho, en muchas cosas que ya os iré contando. Pero he pensado principalmente en lo mucho que nos pasa a nosotras. Ya sé, chicos, que algunos de vosotros también pasáis por ello, pero, por lo menos a mi alrededor, he visto que la ansiedad es un síndrome principalmente femenino. Me ha sorprendido la cantidad de gente que conozco que ha tomado ansiolíticos o ha sufrido crisis similares a la mía por motivos similares a los míos. Me ha parecido muy triste que nadie, más que algún blog bienintencionado como este, nos comente cómo podemos detectar que vamos directas hacia el desastre.

Pero lo peor de todo ha sido sentarme a hablar con la doctora y con la farmacéutica, leer los prospectos de los medicamentos que estoy tomando y darme cuenta de que llevo años conviviendo con el estrés y la ansiedad. Y me juego el dedo meñique a que muchos de vosotros (o más bien muchas de vosotras) también.

He aprendido que NO ES NORMAL:

  • No conseguir dormir. Acostarte muerto de sueño y tardar media hora, una hora o incluso dos en conciliar el sueño. Por muchas cosas que tengas en la cabeza.
  • Despertarte a media noche y no volverte a dormir. Pese a que te caes de sueño mientras oyes las campanadas de la iglesia que te indican que acaba de pasar otro cuarto de hora y que todavía no te has vuelto a dormir.
  • Llorar con los anuncios de la tele. Por muy llorica que seas y por mucho que el perrito que sale sea una monada. O por mucho que sea una historia de superación que busca tu complicidad.
  • Sentarte a ver una peli y hacer otra cosa. Especialmente si la otra cosa exige cierta concentración, como leer Twitter, mirar fotos en Instagram o repasar tus blogs favoritos. Mientras intentas ver la peli con la familia. Y saber de qué va.
  • Levantarte a las diez de la mañana y pensar en las horas que has perdido y todas las cosas que no has hecho, aunque sea domingo. O precisamente porque es domingo.
  • Desesperarte cuando ves todas las cosas que quieres hacer y el poco tiempo que tienes. Y que eso te genere angustia, especialmente si haces cosas como dividir las cosas que quieres hacer por los años de vida que más o menos te quedan.
  • Comprometerte con todo el mundo a hacer cosas. Algunas que te gustan, otras que no, muchas que son favores… Y seamos sinceros, que el principal motivo por el que lo haces sea caerle bien a todo el mundo. No le puedes caer a todo el mundo y eso está bien. La gente que te detesta también te define. Hay gente a la que tienes que caerle mal.
  • No tener tiempo libre para hacer las cosas que quieres hacer, porque siempre tienes una lista de tareas pendientes. Esto se relaciona con el punto anterior. Como decía Maradona (mira que estoy ochentera hoy!!): Simplemente di no.
  • Haber perdido la capacidad de tumbarte en el sofá y no hacer nada. Yo la he perdido. Del todo. Si me tumbo en el sofá tengo que tener un libro, el ganchillo, el teléfono o algo en las manos. ¿Por qué? Si no tienes nada dejas espacio para un pomelo, un pompón o incluso una siesta.

Esos son apenas algunos de los puntos en los que he estado pensando mucho estos días, en las cosas que no sé hacer porque una parte de mí cree que soy una superheroína. Pero no tengo poderes y vivir como si los tuviera me está haciendo ser infeliz, como los héroes, y además no aguantar nada y ni siquiera acercarme a salvar la humanidad.
A veces, muchas veces, no está mal dejar que la responsabilidad caiga en otros hombros y dejar que alguien nos salve. Reconocer que no, no tenemos poderes, ni tiempo, ni ganas y que queremos cultivar el noble arte de tocarnos la barriga a dos manos, que corre el riesgo de desaparecer si no hacemos algo al respecto. Eso sí es una responsabilidad.
Empieza hoy mismo a reconocer tu falta de superpoderes. No te agobies, no pasa nada, apenas hay un puñado de personas que los tienen y, la verdad, a todos les traen superproblemas, desde la animadora a los inadaptados sociales de Misfits (referencias más modernitas estas, para que veáis que no soy tan viejuna). No vale la pena. Ya sé que la frase está sobada, pero haz más de lo que te hace feliz y menos de lo que es un coñazo supremo que solo haces por obligación o por facilitarle la vida a alguien. Facilítatela a ti. Relájate. No acabes llorando con el bote de cereales en las manos, porque solo lo pasáis mal tú y la gente a la que quieres.
Aprovecha tus poderes personales, que no son súper, pero que te molan y te dibujan una sonrisa en la cara. Como a mí este blog. La semana que viene intentaré volver al buen camino y a publicar. Sin agobios, que ya sé que no soy, ni nunca voy a ser, la Mujer Maravilla.
44 Comments
  • Minuet
    Posted at 11:02h, 23 octubre Responder

    Di que si, queremos abarcar más de lo que podemos y a veces es necesario respirar, o explotar, o lo que sea, pero parar y tomarnos nuestro tiempo. (Creo que es mi primer comentario en tu blog, pero lo he leído entero en noches de insomnio, 🙂

    • Paula
      Posted at 11:08h, 23 octubre Responder

      Jo, qué ilusión 🙂 No que tengas noches de insomnio, no, pero sí que hayas comentado!!

      Para ser sincera llevo un par de semanas sin hacer casi nada, solo lo absolutamente necesario y de repente vuelvo a tener ideas, vuelvo a tener ganas de hacer cosas, vuelvo a respirar… Lástima que haga falta darse una torta tan grande para darse cuenta, pero he visto claro que necesito reducir las cosas que hago como mínimo a la mitad.

      Un beso!!

    • Pep Llopis
      Posted at 11:51h, 23 octubre Responder

      Ehhh!!! Qué no tienes superpoderes lo tendríamos que discutir seriamente, está claro que el poder de hacer "la hamburguesa" sólo está al alcance de muy pocos pero… que no te vuelva a oir (en este caso leer) que no eres especial. Eres una de las personas más especiales en la vida de la familia a la que represento (lo de representante lo digo ahora que Ainhoa no me oye) así que quiero que sepas que eres requetequetequetequetequete ESPECIAL, así, con mayúsculas. Que no te queremos mucho, como dicen los hipsters, mucho no, lo siguiente. Y aunque las cosas del día a día nos distraigan de lo que debería ser nuestras prioridades, como estar más cerca de las personas que queremos, no quiero que lo olvides. SRTA MARIANI, LE QUIERO MUCHO, así que cuídesemele!!! Y preparate pq este sábado le vamos a meter 1-3 a los merengones y has de estar a tope para disfrutarlo.
      Apa… muakis (jejeje)

    • Paula
      Posted at 07:04h, 24 octubre Responder

      Lo de la hamburguesa sí que es un poder y yo no soy digna…Y ya sé que lo que quieres decir es que soy "especialita" y que me las traigo. Pero te quiero igual. Y no le voy a decir nada a Ainhoa de que has intentado representar a la familia. Eso queda entre nosotros. Y compro ese 1-3, que ya sabes que soy tribunera y en este momento estoy como un flan.

      Pero muchas gracias. Me has hecho reír un montón. Y ya sabes que el sentimiento es mutuo. Que no somos de hacer monumentos, pero si lo fuéramos, tú serías el primero que lo tendría en la puerta de casa. Te quiero, guapo!

  • Sólo Sewing
    Posted at 16:09h, 23 octubre Responder

    Jo, estoy en reflejada en cada una de tus palabras, y lloro leyendo el post (como no veo la tele no veo anuncios…) ¿Superpoderes? Los tuyos están claros: tienes el donde la palabra y la facultad de llegar a cada ente pensante que te lee. Bravo!!!! SuperPau! To también TE QUIERO.

    • Paula
      Posted at 07:06h, 24 octubre Responder

      Ay, cómo pensaba en ti mientras escribía. Son muchas de las cosas que hablamos y comentamos. Cuídate mucho, que te necesitamos para maquinar, preparar, conspirar y finalmente dominar el mundo. Yo también te quiero, preciosa!

  • Charo Murciano
    Posted at 17:24h, 23 octubre Responder

    Por favor…… que cruda realidad y como la retratas!!!! Me da rabia que no vayas con las bragas al aire por la calle, pero entiendo que es mejor llevarlas tapadas y ser más feliz, así que…. te quiero sin bragas (al menos que no las veamos los demás)
    Por lo que leo, yo, en mi vida sin agobios también tengo estrés, de los puntos que citas me apunto a casi la mitad.
    Menos mal que de vez en cuando llega un finde en el que las bragas y tu disfrutáis a la vez!!!!!!!!

    • Paula
      Posted at 07:09h, 24 octubre Responder

      Yo es que no tengo bragas de nivel Casa Blanca, como otras. Si las tuviera a lo mejor podría ser más superheroína 🙂

      Pero no hace falta tener una vida laboral de la leche para tener estos síntomas, así que cuídate tú también, guapa.

      Un beso gordo, gordo!

  • Anónimo
    Posted at 20:09h, 23 octubre Responder

    No tens superpoders, però no et fan falta. Eres una persona meravellosa! De vegades és necessari parar, descansar i després agafar les coses amb més ganes. Adonar-nos que som mortals i no arribem a tot, i que tampoc cal fer-ho tot.

    Molts petons i ànims, bonica!

    Pilar

    • Paula
      Posted at 07:23h, 24 octubre Responder

      Sí, sí… en això estic, guapa, en entendre que no sóc imprescindible i que no passa res! Que puc ser igual de feliç. O fins i tot més. Que per molt que siguem així de mena, no cal ficar-se a tot arreu. Moltes gràcies, preciosa. Un petó gros, gros.

  • Princesa del pesol
    Posted at 07:20h, 24 octubre Responder

    Ahir m’ho vaig passar SUPERBÉ, potser no tenies superpoders, però no et van caldre. O potser sí que en tenim, perquè alguna vegada hem sigut bruixes, no?

    • Paula
      Posted at 07:25h, 24 octubre Responder

      Els poders foscos els tenim tots, no ens en falta cap! Però crec que les bruixes no es poden comparar amb els superherois estan sempre tancades a casa maquinant la dominació mundial o l'enverinament d'una poma. De fet, crec que em trobo força més còmoda en el paper de bruixa, gràcies.

      Això sí, menges com un ocellet, deixa'm que t'ho digui…

  • Pilar
    Posted at 07:48h, 24 octubre Responder

    Has puesto palabras a todo lo que me pasa a mí desde hace tiempo… lo que pasa es que yo aún el sentimiento de estar perdiendo el tiempo si no hago algo todo el rato no me lo consigo quitar de encima!! Así que me ha venido al pelo este post, tendré que pensar si quiero ser una persona normal y buscar ayuda para relajarme, o tendré que empezar a llevar capa y las bragas por fuera…

    • Paula
      Posted at 10:37h, 27 octubre Responder

      A ver, yo tampoco. Es verdad que cuesta un montón. Y no digo que sea malo hacer punto mientras ves la tele. Creo que a veces va bien, te relajas más. Pero creo que otras veces es enfermizo. Vienen unos amigos a tomar algo y mientras charlamos hago ganchillo. Una vez lo hice en una conferencia de la universidad. Y no, no puede ser. Yo todavía no sé cómo hacer para gestionarlo, pero creo que no necesito días de treinta horas, sino una mejor gestión de mis 24 horas y menos culpabilidad para soltar el lastre de todo aquello a lo que no llego, no puedo o no quiero hacer.

      Pero no lleves las bragas por fuera, que luego se te queda cara de estreñida y no molas nada.

  • Anónimo
    Posted at 07:50h, 24 octubre Responder

    Gracias: por no ser perfecta,ni super heroina, por ser mujer,por ser madre amorosa aunque no lleguemos a todo,por ser compañera de vida de alguien igual de no tan perfecto como tu aunque no lo parezca,por compartir lo que te pasa…y gracias por ser como yo y como tantisimas otras….besos,besos ,abrazos infinitos..que son lo que realmente necesitamos en la vida,alimentarnos de piel y no de imposibles.Patricia

    • Paula
      Posted at 10:40h, 27 octubre Responder

      Gracias a ti por esas palabras tan bonitas. Y qué razón tienes. Lo que menos necesitamos es alimentarnos de imposibles, aunque intentemos hacerlo constantemente. Yo que siempre me quejo de que la vida es mucho más sencilla de lo que nos muestra la cultura popular por todas partes, tendría que aplicarme más el cuento, porque realmente es así: la vida es mucho más fácil de lo que nos parece, solo hay que disfrutarla, estar con quien queremos y hacer lo que nos hace felices. Un beso!

  • Wasel Wasel
    Posted at 08:39h, 24 octubre Responder

    Ayyyy guapaaaa, no me puedo creer que tu también te hayas sumado al grupo de las ansiosas sin remedio, como yo. Te mando mucho ánimo desde aquí y que sepas que no estás sola y que si necesitas cualquier cosa, me tienes aquí. Por desgracia puedo hablarte de este tema con conocimiento de causa, ahora es cuando he empezado a hacer vida normal después de tres años.

    Y lo más importante es saber decir no: no a comprometerse con cosas que no te van, no a estar siempre activa o a "producir", no a preocuparse por cosas que seguramente nunca ocurrirán, etc…

    • Paula
      Posted at 10:47h, 27 octubre Responder

      No sabes cómo he pensado en ti estos días. De hecho, cuando escribí este post escribí una mención al tuyo… pero luego la borré porque pensé que esto es algo personal y que no hace falta ir anunciándolo a bombo y platillo.

      Yo me imagino que me va a costar y me lo tomo como un proceso largo. Espero no tener que tomar pastillas mucho más tiempo, pero sí que creo que voy a tener que aprender casi desde cero a elegir lo que quiero y lo que no quiero hacer, a entender que el día tiene una cantidad finita de horas y a decir que no, no solo a cosas que no me van, sino también a proyectos con los que me gustaría colaborar, pero simplemente no puedo porque no es el momento.

      Llevo dos semanas recuperando el gusto de quedarme en la cama cinco minutos más, de tumbarme en el sofá a no hacer nada… pero me cuesta. Y sé que por el momento es una situación ficticia, que esto de no hacer nada de nada solo puedo hacerlo ahora, mientras esté medicada y en crisis, pero que tengo que aprender a tener tiempo para todo, incluso para no hacer nada.

      En fin, es un proceso. Pero me alegro de que me haya pasado. Me alegro de que mi cuerpo me haya dicho basta y se haya hecho responsable de lo que mi cerebro lleva mucho tiempo sin hacerse responsable. De alguna manera, es liberador saber que no soy perfecta y que tengo que aprender a convivir con ello. Por más que sé que me va a costar un triunfo entenderlo, asimilarlo y superarlo y que voy a estar en convalecencia permanente durante meses. Por más que sé que a lo mejor, o casi seguro, voy a perder mil cosas por el camino. Cuando le pones nombre al monstruo, da mucho menos miedo.

      Un beso enorme!!

  • noialand
    Posted at 16:14h, 24 octubre Responder

    Paula, cariño, siento que hayas pasado unos malos días. Qué rabia estar tan lejos y no poder ir a achucharte un poco. Para mi eres una superheroína de las de dibujos animados, e intuyo que pronto adquirirás un nuevo superpoder que es el de decir "no". A mi me costó, pero es tan liberador… Besitos y si necesitas cualquier cosa, ya sabes.

    • Paula
      Posted at 10:52h, 27 octubre Responder

      Gracias, guapa! Ay, sí. Que si estuvieras más cerca me iba a hacer cerámica una tarde contigo, y luego nos comíamos unas tostadas con mermelada de moras. Y charlábamos hasta por los codos y nos daban las tantas.

      Eso de decir que no es tarea pendiente desde hace siglos, pero lo veo cerca por primera vez. Estos días he tenido que escribir correos diciendo que dejo de hacer cosas que hacía o me había comprometido a hacer… y no ha pasado nada. No se ha caído el cielo, ni ha bajado un Zeus iracundo a devorarme. La vida sigue. La gente con la que me había comprometido no me odia, ni siquiera le caigo mal, lo entiende y busca alternativas. Las cosas se hacen igual. No estalla la tercera guerra mundial ni ha habido una invasión zombi. A veces me siento culpable, pero intento que se me pase rápido.

      Un beso gordo, gordo!

  • Remorada | Purple Prose
    Posted at 18:42h, 24 octubre Responder

    A mí también me gusta Adam West de Batman, y la imagen que has puesto me ha hecho reír porque parece un culo x)

    Por suerte ni la soledad expatril, ni los EREs ni el paro me han quitado el sueño, siempre he empatizado más con "el malo" que con "el héroe" así que es un alivio… pero vivo con un señor que también tuvo que parar un día y pasar por el médico y sus secuaces químicos, he visto lo complicado que es y lo desapercibido que pasa

    Ahora este señor poco a poco empieza a cambiar hábitos y a exigirse menos ¡sí se puede! :***

    • Paula
      Posted at 10:56h, 27 octubre Responder

      ¿Un culo? Yo quería que parecieran unas tetas! Pero vale, el culo me vale. De haberlo sabido ponía una estrellita justo ahí en la intersección.

      Yo es que tengo ese gen superheroil dando vueltas. A veces sueño que hago algo malo (liarme con un actor de cine macizorro, mentir…) y en el propio sueño me maldigo una y mil veces por lo que estoy haciendo. Cuando me despierto me cabreo… ¡que es un sueño! Que no cuenta como mala acción!!

      En fin, los secuaces químicos me tienen totalmente atontada es un estado de contemplación angustiosa, pero ahí estamos, luchando por pasarme al lado oscuro. Hacedme sitio el Sr. T y tú.

  • Koki
    Posted at 20:48h, 24 octubre Responder

    Paula, puede que no seas la Mujer Maravilla como tú dices, pero sí eres una maravilla de mujer. Humana, con sus fortalezas y sus debilidades, y con un corazón muy grande.
    Un beso enorme! Cuidate mucho!

    • Paula
      Posted at 10:57h, 27 octubre Responder

      Ay, mi niña, que eres un cielo :^) Muchas, muchas gracias. Me cuido todo lo que puedo y también hago que me mimen mucho. Un beso muy, muy gordo.

  • ana5059
    Posted at 21:49h, 25 octubre Responder

    Espero que te sientas mejor, no me gusta ver a la gente así, aunque a veces caer nos ayuda a levantarnos con más ahínco.
    Lo de decir NO es una asignatura que tenemos pendiente, y es que más vale decir que no a tiempo que no hacer las cosas o hacerlas mal. Pero cuesta..
    Y eso de estar en el sofa sin hacer nada. Imposible…
    Poco a poco y paso a paso.
    Bss

    • Paula
      Posted at 10:58h, 27 octubre Responder

      Que sí, que una parte de mí está contenta de haber petado, de poder hacer limpieza, de poder empezar de cero, de plantearme cosas que ni me planteaba porque hacía por inercia.

      Pero sí que es duro y sí que es un proceso y sí que vamos pasito a pasito y con triunfos diminutos, pero triunfos al fin y al cabo.

      Un besote!

  • Sònia Layola
    Posted at 18:48h, 26 octubre Responder

    Quan has dit que vas començar a plorar enseguida he lligat caps. Jo quan em vaig separar fa 12 anys vaig arribar a tenir taquicàrdies i vaig acabar necessitant ansiòlitics per les crisis d'ansietat. Em vaig petar els quadríceps de la tensió, estava constantment malalta. Vaig decidir escoltar el meu cos i em vaig relaxar una mica. Ja no planxo i molt menys em poso a les tantes a fer coses. Però tot i així està al meu adn. Apart de la meva pròpia naturalesa (leáse hiperactiva) he viscut en una casa on ma mare treballa 10 hores diàries i al migdia no faltava un primer amb un segon de festa major. I la casa inmaculada. La van haver d'anar a buscar a la feina amb ambulància una vegada. Al seu costat jo sóc una happy flower. M'aixeco amb la programació del dia al cap. Des de fa un mes ja hi torno a ser, sovint tinc ganes de plorar, sento que no estic gestionant bé l'estrés. I sé que he de tornar a escoltar el meu cos. Per tan estic anant a l'homeopata i a l'acupuntor. En el que no estic d'acord és que haguem de relaxar-nos. Més àviat el que hem de fer és aprendre a delegar. Carreguem i assumim coses que haurien de ser a dos. I si calculéssim des del punt de vist econòmic fliparíem. Per exemple jo treballo 3/4 dies a casa. Aquesta decisió, que la meva parella també podria triar, implica un estalvi considerable en transport, el menjador del gran, les hores de guarderia a la tarda de la petita i a més cobro part dels rebuts. Això suma un estalvi mensual de més de 200 euros. Però no es valora, perquè ho assumin com si res. Totes les dones que m'envolten patim del mateix. A les 4 de la tarda es produeix un fenomen a la feina. Rotllo flash mood. Una manada de dones pleguem corrent. No sigui cas que arribessim tard a l'escola. Dones que portem equips i que ens aixequem a les 6 per poder fer abast a tot. Realment crec que el que hem de fer és aprendre a delegar, deslliurar-nos d'aquesta motxil.la tan pesada que hem heredat, deixar de sentir-nos culpables i començar a disfrutar de les nostres aficions sense complexes, com els homes. Però costa molt. Un petó molt gran i cuidat

    • Paula
      Posted at 18:35h, 27 octubre Responder

      Aquest és el problema, Sònia. Parlava l'altre dia amb unes amigues i comentàvem que precisament el que és pervers és que no arribes, fas mil coses, poses el plat a taula, treballes vuit, deu, quinze hores, fas manualitats amb els nens, surts amb les amigues, escrius un blog, neteges la casa… i ningú no et diu: "Nena, para, que petaràs". Tothom et diu: "Quina meravella, jo no m'ho explico, tens germanes bessones, els teus dies tenen 36 hores…" Sembla que està ben vist que sacrifiquis la teva vida al límit, que no tinguis oci, que tinguis a tothom content… és el que s'espera. Ets genial si ho fas.

      I jo crec que hem de delegar, però també ens hem de relaxar. Porto dues setmanes sense fer res. He avisat, però he reduït les meves activitats a mínims inèdits per mi. I saps què? Res. No ha passat res. El món tira endavant. I això és el que necessito aprendre, que no passa res. Que pots deixar de fer coses. Que pots fer-ne d'altres. Que pots dir que no. Que no ets imprescindible.

      On jo sí que no estic d'acord és amb això de la hiperactivitat. Nena, ni tu ni jo ho som. Som curioses, ens agrada fer coses amb les mans i ens agrada estar ocupades. Però la hiperactivitat som nosaltres pressionant-nos a nosaltres mateixes. I jo crec que hem d'aprendre a deixar de fer-ho. Fer coses que ens fan contentes i de vegades, quan no ens ve de gust, no fer-les. Però deixar de donar com a excusa que nosaltres som així. Que no, bonica, que som normals, però volem ser bones en tot i aprendre-ho tot i ens fa ràbia no poder.

  • Clementina
    Posted at 19:23h, 26 octubre Responder

    Paula, como te entiendo…. cuando los súper poderes se van a tomar por saco y nos quedamos en bola con todo nuestro ser sin saber que hacer. Antes yo pensaba que apretando los dientes y siendo "fuerte" (qué ironía) todo pasaba y seguía adelante. Hace unos años aprendí que no y que hay que parar, delegar y pedir ayuda. Y también te digo que con tanto químico andaba feliz como una perdía…pero sentía que no era yo… que no tenía poder de reacción, me sentía como en otro cuerpo ja ja qué locura …pero necesitaba esa calma que no podía conseguir yo misma. Ahora no necesito químicos y cuando algo no me gusta …. no lo hago, cuando no llego, no llego y sobre todo dejé de ser políticamente correcta o gilipollas en decir a todo que sí…. hago lo que quiero y cuando quiero, no me exigo más de lo que puedo hacer.
    Besotes guapa y cuidare mucho…mucho
    Andrea

    • Paula
      Posted at 18:39h, 27 octubre Responder

      Ay, sí. Estos días me he dado cuenta de que necesitaba llegar a eso, a ese "cuando tenga tiempo". Lo único que tengo ganas de hacer (irónicamente, especialmente porque yo soy yo) es ordenar, organizar, sentar las bases para poder volver a empezar pero bien, sin agobios, sin montones de cosas por todas partes y de temas abiertos. Estoy cerrando cosas. Me va a costar un montón y espero que la química se acabe pronto porque me atonta un montón y me aplatana, no tengo ganas de nada, pero realmente veo que lo necesitaba, porque si no, mi cerebro tiraba y tiraba y no decía basta. Suerte que a veces el cuerpo es más listo. Y estoy en eso de aprender a decir que no, me cuesta un montón, porque normalmente todo me parece interesante… Es decir, no es que me líen, la mayor parte de las veces me lío yo solita. A ver si quedamos un día de estos y nos vamos a desayunar tranquilamente a l'Obrador!!

  • Isla Sandía
    Posted at 08:13h, 27 octubre Responder

    Qué me dices! Te exiges demasiado, mujé!! tienes que darle al pause de vez en cuando 😉 Aish, espero que se te pase pronto, muchos besitos!

    • Paula
      Posted at 18:40h, 27 octubre Responder

      Gracias, boniquérrima. Hija, que todo me entusiasma, que todo me parece chulo y genial y diría que sí a todo… En fin, seguro que es pasajero y que de aquí salimos mejor. Besos mil!

  • Marta G.G.
    Posted at 19:35h, 28 octubre Responder

    Ay… Por desgracia creo que, además de en otras circunstancias, al ser madre se te activa un "gen" que te hace autoexigirnos por encima de nuestras posibilidades casi siempre. Y creyendo que somos superheroínas. Menos mal que al final sí tenemos super poderes y tú vas a poder con esto seguro. Un abrazo enorme!

    • Paula
      Posted at 20:26h, 28 octubre Responder

      Sí, ser madres activa una parte del cerebro desconocida y si la dejas crecer, se convierte en un monstruo. Pero bueno, estoy descubriendo superpoderes mil que desconocía que tenía, como la capacidad de ordenar, organizar, cerrar temas y admitir mi propia debilidad y falibilidad. Espero que dure! Un beso gordísimo, guapa.

  • Anónimo
    Posted at 20:25h, 28 octubre Responder

    Mucho ánimo! Me alegra ver que, a pesar de todo, no has perdido el sentido del humor con todas esas referencias frikis a lo largo de toda la entrada 🙂
    Te va a sorprender (o a lo mejor no, porque a mí esta conexión cósmica que tenemos ya no me sorprende nada) pero llevo un par de semanas pensando sentarme a escribir sobre todo esto que nos has contado. Cada vez que se lo cuento a mi novio se ríe pero sí, tengo que reconocer que me agobian mis aficiones. Hay días en los que me agobia salir de trabajar para encerrarme en casa a preparar una entrada para el blog, escanear unos negativos o terminar la pata de un amigurumi, aparte, claro está, de hacer la compra, poner una lavadora o limpiar y sacar un rato para el gimnasio. Esta obsesión por hacer de todo y todo bien llega a tal punto que no llego a dormir del estrés que tengo y luego estoy todo el día a rastras. Y eso que no tengo tres pompones a los que cuidar! Ahí sí que eres toda una heroína. A mí me basta con sacar unos 30 minutos diarios de skype, muchas veces ya metida en la cama.
    Al leer tu lista de cosas que no son normales me he dado cuenta coincido casi punto por punto, salvo por lo de sentarme a ver una peli o serie sin teléfonos ni labores en la mano o sentarme directamente en el sofá y no hacer nada más durante un rato; esto último me lo pide el cuerpo. Desde que volví de vacaciones de verano voy todos los días al límite y muchas veces ni siquiera soy capaz de subir el tramo de escaleras que hay de la estación de tren a mi casa de puro agotamiento, así que esta lista y esta entrada me han servido de mucho, como una señal de alarma y lo agradezco mucho.
    Sólo me queda mandarte mucho ánimo!!! Ya he visto que has subido una nueva entrada, que creo que te voy a copiar, por cierto. Espero que poco a poco todo vuelva a la normalidad, he echado de menos tus posts!!

    • Paula
      Posted at 20:34h, 28 octubre Responder

      Ah, uno no deja de ser friki por mucha ansiedad que tenga 🙂

      Ya sabemos que somos hermanas gemelas separadas al nacer, así que a mí tampoco me sorprende. Y me encanta lo que dices porque es precisamente eso lo que me pasa a mí! Me decía la doctora que no hiciera nada por compromiso, que dijera que no… pero es que me doy cuenta que el problema no está en el exterior, sino que lo tengo yo, porque todo me gusta, todo me entusiasma y todo me parece interesante. Y llega un momento que por muy interesante que sea, si no tienes tiempo para todo te agobias y lo mandarías todo al cuerno, pero no lo haces, porque no quieres fallar y quieres hacer todo lo que tienes que hacer porque te has comprometido, aunque sea contigo misma.

      Y sí, todo esto son señales de advertencia que por desgracia yo no había pillado. Cuando leí el prospecto de uno de los medicamentos queme han recetado y vi que existía un síntoma llamado "emotividad", casi me da un síncope. Llevo muchos meses con la lagrimilla floja, con el nudo en la garganta en momentos a veces ridículos, en los que nadie lloraría. Y no sabía por qué. Y fíjate tú por dónde, es una señal de estrés, de ansiedad y de angustia.

      Así que cuídate tú también. Deja cosas, aunque te gusten, relájate, porque no vale la pena. Yo tenía ganas de ser súper ambiciosa con el blog y lanzarme a escribir tres y cuatro posts a la semana y la verdad es que no hace falta y por el momento no llego, así que estoy intentando hacer las paces con la idea de publicar menos veces. Y negociando conmigo misma todo el resto de mis aficiones y mis tareas.

      Un beso muy, muy gordo!

  • María R.
    Posted at 07:33h, 29 octubre Responder

    ¡Mucho ánimo Paula! Yo he pasado (y a veces sigo pasando) por lo mismo. Nos hemos echado el peso del mundo a nuestras espaldas sin saber muy bien por qué. Y nos cuesta darnos cuenta que no tenemos por qué llevarlo todo en soledad. Tnemos que saber delegar y ser más flexibles con nosotras mismas. Como decía Merche hay que cultivar el arte de ser madres "a mi plin". Nos criticarán, pero seremos más felices. Un beso y espero que las bragas que lleves por fuera no sean las que te envié..jajaja

    • Paula
      Posted at 21:10h, 29 octubre Responder

      Soy lo peor porque no te he dado las gracias por esas bragas. Me río cada vez que las veo, así que las tengo muy a mano para que me levanten el ánimo 🙂

      Sí, no sé muy bien por qué tenemos el peso del mundo encima, pero es verdad, parecemos tontas. Yo siempre he sido bastante madre "a mí plim", ¿eh? No te creas. Pero me pongo presión por otras partes, generalmente con proyectos que me encantan y que me gustaría sacar adelante. Me gusta todo, me interesa todo y el tiempo es finito.

      Nada, que hay que aprender a decir: "Si no es hoy, ya será mañana" y "Si no es mañana, pues ya será cuando tenga que ser". Que ahora que he parado, pues nada, no ha pasado nada, el mundo sigue girando.

      Un beso gordo y gracias mil por las bragas, estoy por enmarcarlas.

  • sonietaSun
    Posted at 11:01h, 30 octubre Responder

    ai nena
    que no tinc paraules
    només que si necessites plorar (o riure, o plorar de riure) aquí em tens

    patunarruuuuuuuuuu

    • Paula
      Posted at 15:23h, 04 noviembre Responder

      Gràcies, guapa. Estem bé, nem fent. Passetes petites i mica en mica, sense agobios… Hi ha moments molt bons i moments de fer el bicho-bola al sofà i menjar xocolata com si no hubiera mañana. Estic intentant disfrutar-los tots. Petó enorme!

  • Nayan
    Posted at 12:36h, 12 noviembre Responder

    ¡Hola!
    Me llamo Anna y de vez en cuando entro a cotillear a tu blog. ¡Mucho gusto!
    La verdad es que estoy a punto de empezar mi propio blog por recomendación de mi psicóloga. Curioso, ¿verdad?

    Hace ya dos años que me diagnosticaron depresión y también he pasado por esos ataques de ansiedad. Te entiendo muy bien sobre todo cuando te pones a llorar por un anuncio o cualquier tonteria. De hecho, recuerdo muy bien que era mi cumpleaños y aun siendo ya algo mayorcita (bueno, que tengo 23 años) me entró un berrinche de llorar porque el pastel no era el que me gustaba a mi porque venian mis primas y ellas querian que fuese otro pastel. O otra vez, aún peor, que me empezaron a saltar las lágrimas en el tren cuando me di cuenta que me había puesto dos calcetines diferentes. A pesar de que en otras circunstancias me hubiese echado a reír, en esas ocasiones no podia dejar de llorar. Y me daba cuenta que estaba llorando por una gilipollez, pero nada, que no podía, oye.

    En este tiempo me he dado cuenta que uno de los peores enemigos que tengo cerca es la cama. La cama y el sofá. Y no te imaginas la voluntad que tengo que poner para levantarme de la cama. Puedo vestirme e incluso arreglarme, pero nada más sentarme en la cama… al segundo ya estoy tumbada otra vez, y sin darme cuenta ha pasado un día entero, y no he hecho nada. Y durante semanas he dejado pasar mi vida así.

    Aaaaaaasí que para ayudarme a no tumbarme en la cama, desahogarme un poco, conocer cosas nuevas y relacionarme con gente nueva, voy a empezar un blog 😀 No suelo ser muy constante, pero a ver como me va el experimento.

    Aunque tomo mis pastillas religiosamente, siempre necesitas algo más que te anime o motive para salir adelante. Lo más importante es tomar aire e ir al paso de uno mismo y no querer correr con los demás.

    Muchos ánimos ^^

    • Paula
      Posted at 14:34h, 12 noviembre Responder

      Hola, Anna! Un placer.

      No me parece nada curioso que te lo haya recomendado el psicólogo. Te lo digo de verdad. Creo que para todos es una terapia venir aquí, intentar estructurar lo que tenemos en la cabeza, hablar, conversar y leer a otra gente. Es una manera de relacionarnos, pero pensando lo que decimos en lugar de soltar lo primero que se nos ocurre.

      Yo sigo llorando por tonterías y sin ningún control: noto el nudo en la garganta y aunque intente tragármelo, no hay manera, acabo berreando sin control por alguna tontería.

      Pero a mí me pasa lo contrario. La cama también es mi enemiga, pero al revés. Siempre que me tumbo pienso que pierdo el tiempo y me angustio. Pero claro, la ansiedad es diferente para todos.

      Da igual lo que hayas hecho hasta ahora, importa lo que hagas a partir de hoy. Así que no pienses en las horas perdidas, porque es como para volverse loco. Piensa en todo lo genial que vas a hacer a partir de ahora.

      Es muy difícil y yo apenas llevo un mes con pastillas, así que no soy quién para dar consejos, pero estoy pensando mucho en mí misma y en cómo quiero que sea mi vida… Nos pasamos la vida creyendo que pensar en nosotros es como un pecado, algo egoísta y vanidoso, pero si nosotros no nos cuidamos ni nos queremos ni nos entendemos, no lo va a hacer nadie.

      Así que mucho, mucho ánimo y un beso bien gordo. Estoy impaciente por ver qué escribes en tu blog!

  • Anónimo
    Posted at 11:12h, 21 noviembre Responder

    Millones de gracias por estas palabras tan ciertas. Te deseo toda la suerte en la vida!

    • Paula
      Posted at 17:22h, 21 noviembre Responder

      Muchas gracias. Yo a ti también te deseo lo mejor 🙂 Un beso!

Post A Reply to Charo Murciano Cancel Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.