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Castillo de cartón

Castillo de cartón

Sé que voy a decir una perogrullada de esas que digo a veces y sois tan buena gente que no me tenéis en cuenta (¿verdad? ¿VERDAD?). Pero lo cierto es que a veces con muy, muy poco, se puede organizar una actividad divertida y bastante resultona. Sí, eso típico que dicen de que los mejores juguetes son los más sencillos. Pero voy a matizar: yo creo que cajas, piedras, palos y otras cosas similares pueden ser juguetes increíbles y divertidos que te hacen trabajar la imaginación, pero a veces necesitan el complemento de celo, rotuladores, tijeras, hilos y lápices. Porque si lo combinamos todo, salen cosas muy creativas.

Hace unos días teníamos una de esas tardes aburridas que no sabes muy bien cómo llenar y decidimos preparar un castillo de cartón. Hasta ahí la historia no tendría mucho misterio, lo sorprendente fueron todas las ideas que vinieron después.

Pero vayamos por partes: para hacer un castillo de cartón necesitáis cartón, lápiz, goma y regla. Tenéis que hacer cuatro piezas (delantera, trasera y lados). La parte delantera y la parte trasera tienen que tener el mismo ancho, igual que los dos laterales. Y todas las partes adyacentes deben tener la misma altura, es decir, la parte delantera debe tener a un lado la misma altura que uno de los laterales y al otro, la misma altura que el otro. Y lo mismo pasa con la trasera.

Súper pros con sus reglas y sus lápices, aprendiendo a hacer perpendiculares (momento orgullo de madre).

Luego hay que hacer el perfil del castillo, las torres, las puertas, las almenas. Esto ya es a gusto del consumidor y los consumidores pomponiles hicieron una mezcla de torres y paredes eternas. Eso sí, las almenas bien rectas.

Se recorta todo bien recortado, incluidos los huecos de las ventanas y la puerta. No seáis vagos. La puerta principal, si puede ser, levadiza… si no, puede ser corredera, rollo reja, de arriba abajo… O podéis incluso hacer unas puertas abatibles, si vuestro castillo está en una zona pacífica y no hay riesgo de que vengan a intentar conquistarlo…

Pegáis las piezas como queráis, con celo o cola o como sea… yo estrené el celo industrial de Tiger con dibujos de fantasmas, porque era bastante adecuado… ¿Qué castillo que se precie no tiene un fantasma? Eso sí, lo pegué en vertical y debería haber hecho bandas más pequeñas horizontales. Aunque a nadie pareció importarle. Si lo pegáis bien, después podréis plegar el castillo y dejarlo totalmente plano, para guardarlo en cualquier sitio.

Y ahí empezaron las ideas… un no parar. Primero, una princesa dibujada en papel de seda…

…que acabó en la torre más alta del castillo… aunque realmente no parece que esté ni encerrada ni aterrorizada por el dragón…

…que dibujamos con paciencia reciclando unas cajas de cereales.

Pegamos velcro en varias partes del castillo para poder mover nuestras piezas de aquí para allá y poder poner al dragón, los ogros, las balas de los cañones y los mil accesorios más que dibujaron, en diferentes partes del castillo, según el momento del juego. (Atentos a los ladrillos que dibujó el pompón friki en varios puntos del castillo, me parecen geniales.)

Y hala, horas y horas de diversión. A nuestro castillo acabó viniendo una araña gigante que hacía telarañas rosas y lo cubrió todo. El ogro que vino a aprovecharse de las defensas debilitadas no vio que había un cañón que apuntaba directamente hacia él…

Si queréis un montón de ideas de juguetes de cartón, hacedle una visita a LiEr en Ikat Bag. Hay mil proyectos que seguro que os van a encantar.

13 Comments
  • Patrizia
    Posted at 16:25h, 07 septiembre Responder

    ¡Qué chula la puerta levadiza! ¡Qué chulos el dragón, el ogro y la princesa! Qué gran verdad que es la mejor manera de pasar el tiempo y agudizar el intelecto…. Muy bien, señorita.

    • Paula
      Posted at 19:03h, 07 septiembre Responder

      Huy, pues yo no me acabé de quedar contenta, hay que trabajar un poco el sistema… Pero lo de la princesa me chifló y creo que les quedó genial. Y estuvieron horas jugando a cambiar sus personajes de posición… Los dejas hacer y alucinas.

  • MCKINLEY
    Posted at 12:49h, 08 septiembre Responder

    M'incorporo després d'un llarg estiu. M'encanten els castells i sempre m'han fet treballar molt la imaginació. A Terrassa vivia al devant del Castell de Vallparadís i era un racó que impressionava molt. Segur que els pompons han disfrutat molt i s'han imaginat histìries fantàstiques. Una abraçada.

    • Paula
      Posted at 13:40h, 08 septiembre Responder

      Ai, espero que hagis descansat moltíssim. Segur que ho has fet, de fet.

      A mi també em xiflen els castells, dóna la sensació que pot passar de tot dintre d'un, no? De fet entro en qualsevol castell que trobo.

      Un petó i bentornada!

  • Koki
    Posted at 23:00h, 08 septiembre Responder

    Caray, me dan ganas de hacer un castillo para mí 😀

    • Paula
      Posted at 15:59h, 09 septiembre Responder

      Yo también he estado pensándolo… le pondría papel de seda de topos en las ventanas y ladrillos de washi tape… Y una princesa de larguísimas trenzas de lana amarilla…

  • ALEJANDRA
    Posted at 07:09h, 13 septiembre Responder

    Supongo que sabes interpretar las enormes manos que pintan tus pompones.Por si no es así te lo digo: se sienten ENOOOORMEMENTE queridos, y eso es "casi" garantía de su estabilidad emocional en un futuro. Un besico guapa y ¡buen finde!.
    ( me lo paso pipa con tus entradas, ¡gracias!).

    • Paula
      Posted at 17:15h, 17 septiembre Responder

      Ay, pues no, no lo sabía. Pero me dejas contentísima!! Jo, cuando tienes pompones te pasas la vida entre inseguridades y pensando si lo estarás haciendo bien o no… Parece mentira cómo todo lo que tenías claro se tambalea cuando te miran directamente a los ojos.

      Mil gracias por escribir!! Besotes.

  • misperendengues
    Posted at 11:42h, 22 septiembre Responder

    Y bien entretenidos que estuvieron y seguirán estando, verdad? El nuestro del otro día fue más rudimentario: una caja enorme de cartón de embalaje en la tienda de una amiga, menuda tarde que pasaron mis dos más el suyo, jeje

    • Paula
      Posted at 06:57h, 24 septiembre Responder

      Sí, a veces te sorprenden las cosas con las que pueden estar tres horas jugando, la verdad. Empiezan, se embalan y no sabes exactamente por qué les parece que esos cuatro tablones de madera tirados en un rincón son la bomba…Ojalá no perdiéramos nunca esa imaginación.

    • misperendengues
      Posted at 08:25h, 25 septiembre Responder

      Ni que nos la mataran…

    • Paula
      Posted at 10:38h, 25 septiembre Responder

      Eso, eso… Exactamente. Por eso en casa todavía todos creemos en los Reyes… y en todo lo que hay que creer. Qué manía con acabar con la fantasía de todo el mundo a golpe de realidad.

  • misperendengues
    Posted at 10:40h, 25 septiembre Responder

    Sí, esa manía de "adultizar" y matar a Peter Pan

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