Cajonera

08 Ene Cajonera

Parece que me ha dado por el bricolaje últimamente… Pero es que desde que leí este post tenía una especie de obsesión. Mis fotos no son tan bonitas como las de esta mujer (qué maravilla de atrezzo, por Dios. Algún día aprenderé.), pero pilláis la idea, ¿no?

Cada vez que voy a Francia (ja, ja, ja, como si fuera muy a menudo… quería más bien decir «las dos últimas veces que he estado en Francia gorreando en casa de un amigo…») paso por una tienda que se llama Cultura (no encuentro la página web…) y compró provisiones para el fin del mundo craft, que ya sabéis que ocurrirá en cualquier momento y por eso tengo los armarios a reventar de pintura, fieltro, hilo, lana, papeles bonitos y miles de cosas más.

En mi última visita (a la vuelta de Eurodisney, gracias, mamá) compré esta cajonera de madera sin tratar… no sé muy bien por qué motivo. Y cuando encontré el tutorial me pareció que se abría el cielo y un haz de luz me iluminaba.

Ya lo dice el tutorial, pero lo primerísimo que hice fue lijarla. Especialmente en los cantos, para que pareciera usada y vieja. Ya sé que no viene mucho a cuento, pero que sepáis que me encanta lijar. Me va fatal por el asma (a veces me pongo mascarilla rollo nipón), pero me relaja un montón.

Lijé y lijé como una campeona y luego pasé un trapo para eliminar el polvo.

Y ahí ya vino la parte divertida. Compré un tinte para madera (de nogal, me gustan los tonos oscuros y no particularmente cálidos), cogí un trapo… y a frotar.

Me hice la chula y para ahorrar tiempo pensé en dejar los herrajes, pero finalmente tuve que quitarlos (con un destornillador chiquitín) porque el tinte aplicado con pincel queda espantoso. Avisados quedáis.

El tinte seca rapidísimo, en media hora. Así que cuando terminé con la primera capa de tinte de la última pieza, volví a empezar con el lijado para preparar la madera para la segunda capa.

Cuando acabé de lijar la última pieza volví a empezar con el tinte, y cuando acabé con la segunda capa de tinte, lijé un poquito para un acabado más antiguo.

Finalmente le di una capa de barniz (en el tutorial usan cera, pero yo solo tenía barniz a mano) y that’s it.

Le hice sitio enseguida en la mesa, junto al ordenador y justito delante de mí. Ya he llenado los cajones de gomas de borrar, plantillas para hacer sobres y trocitos de papel bonito que me van sobrando y que pueden aprovecharse para algo (seguro).

La cajita con el rallador que veis encima fue una de las cosas que compré en aquella tienda de Madrid de la que os hablé.

¿Qué os parece? Además de que tengo que mejorar las fotos y quizás sacarlas con la luz del sol… E incluso hacer más para que los tutoriales paso a paso sean realmente paso a paso…