Caja de tela

06 Sep Caja de tela

Como ya os conté a principios de año, uno de mis propósitos para 2011 era ordenar y organizar todo en general en mi vida. Por el momento no lo he conseguido, pero todavía me quedan cinco meses, así que todavía no desespero. Pero en mi afán por conseguirlo, hace poquito hice una caja de tela para un rincón del salón, para guardar los mandos, las mantas del sofá y ese tipo de cosas que normalmente están dando vueltas por ahí. He visto cajas de tela de este tipo por todas partes, y admito que me encantan. Así que versioné un poco varios de los tutoriales que vi por ahí y preparé esta caja con las medidas exactas para encajar en el hueco que queda bajo las mesas (sí, sí, de Ikea, sí. Y sí, nuestros peces tienen una piña debajo del mar).

Yo quería una bolsa de base cuadrada de 30 centímetros de lado y 25 de alto, así que las instrucciones son para esas medidas, pero las podéis adaptar muy fácilmente.

Necesitáis una tela para la parte de fuera y otra para el forro interior. Yo usé dos lonetas bastante fuertes, pero podéis usar alguna tela más fina, por ejemplo de algodón, y usar una entretela adhesiva para darle más cuerpo. También necesitaréis una cinta para las asas. Yo usé el cinturón de una blusa que en algún momento tuve, pero ahora ha desaparecido en alguna purga de armario.

Lo primero que tenéis que hacer es cortar dos tiras de la tela: una de la exterior y otra de la interior. En mi caso, como quería 30 centímetros de lado, el ancho de la tela era 60 + 2 centímetros de costura, y el alto 25 x 2 + 30 = 80 + 2 centímetros de costura. Es decir, una tira de tela de 62 x 82 centímetros.

La cortáis y… ejem… la plancháis. Luego la dobláis a la mitad por el lado más largo, es decir, haciendo coincidir los lados cortos, con la parte del derecho de la tela hacia adentro. Coséis ambos lados largos y dejáis sin coser los lados cortos que habías hecho coincidir, como si fuera un tubo o una bolsa de tela. Hacéis lo mismo con la otra tira de tela. Plancháis las costuras abriéndolas bien.

Ahora que tenemos ambas bolsas, vamos a darle forma cuadrada a la base. Para ello tenéis que coger las dos caras de la bolsa y tirar de ellas hacia afuera, haciendo coincidir las costuras. Es difícil de explicar, pero básicamente lo que vamos a hacer es una costura perpendicular a la costura que ya teníamos. En mi caso, como quería 30 centímetros de lado, marqué la costura de ese tamaño y la cosí. Hacéis lo mismo con ambas telas.

Os quedarán dos lengüetas a cada lado de cada una de las bolsas. Podéis cortarlas, si queréis. Yo las doblé y las planché bien para dejarlas en la base y darle un poco más de cuerpo a la bolsa.

Luego tenéis que meter la bolsa de tela exterior dentro de la interior (o viceversa). El derecho de ambas telas debe estar en contacto, es decir, tenéis que ver el revés de la tela interior por fuera de vuestra bolsa y el revés de la tela exterior por dentro. ¿Me explico?

Ahora vamos a hacer las asas. En este caso yo usé una cinta ya preparada, bastante resistente también. Pero si no la tenéis podéis hacer las asas con alguna de las telas que estéis usando para la bolsa. Corté dos trozos iguales de cinta y los puse entre ambas telas de la bolsa, colgando hacia adentro.

Cuando tengáis vuestra cinta colocada, solo tenéis que aguantarlo todo en su sitio con alfileres y después coser alrededor del borde superior de vuestra bolsa, dejando un espacio para poder darle la vuelta.

Le dais la vuelta por el hueco que habéis dejado, la plancháis y hacéis una última costura a medio centímetro del borde para cerrar el agujero y sujetar mejor todas las piezas. Esmeraos con esta costura, porque es la que se ve…

¡Y ya está! Ya la podéis llenar de revistas, mandos, mantitas, ovillos de lana, aros de bordado o lo que queráis.