Circuito de canicas

07 Feb Circuito de canicas

A los pompones les encantan las canicas. Y a mí también me gustan, me traen recuerdos de pequeños hoyos en el suelo y gritos a la hora del patio. Por cierto, yo era un desastre, jugaba fatal. Lo que no me gusta nada es el ruidito de las canicas sobre el parquet. O sobre las baldosas. Es peor que el ruido que hacen las monedas al caer. Se me mete entre neurona y neurona y me pone frenética. Y cuando me pongo frenética soy insoportable.

Así que estuvimos pensando mucho cómo podían los niños jugar a canicas sin que a mí me diese un ataque de histeria, y se nos ocurrió esta manualidad.

No podría ser más sencilla, un trozo de fieltro decorado con pistas para que las canicas rueden encima y no monten un escándalo. Pero entonces las canicas se caían del fieltro y volvían a hacer ruido.

Así que montamos unos topes a lado y lado, como si fuera un circuito de fórmula 1. Para hacerlos cogimos un trozo largo de tela (forro polar rojo que nos había sobrado de las bolsas de Mario que pronto os enseñaré), lo doblamos por la mitad y lo cosimos.

Le dimos la vuelta con cierta dificultad y muchísima paciencia.

Y luego lo rellenamos con arroz y lentejas.

Cosimos la abertura y ya está.

Después cogimos una caja de zapatos vieja, la pintamos y recortamos aberturas para tener algún sitio para apuntar y lanzar las canicas.

Completamos el set con un rollo de cartón de papel de cocina pintado. El pompón mayor se empeñó en que era posible hacer pasar las canicas por dentro.

Y ya está. ¿Lo mejor de este proyecto?

Que se guarda todo en su sitio. Si conserváis la tapa de la caja, cerráis y ya está. Yo no la tengo, así que voy a ver si coso una bolsita con asas para que puedan llevar su circuito a todas partes.

Tenía muchas ganas de enseñaros algún proyecto pomponil después de tantos días de costura y punto. A ver si recuperamos un poco el ritmo en casa, que con este frío, los días tan cortos y los virus y enfermedades que hemos tenido, hemos estado un mucho vagos…